El Adorador de Dragón
Cuento chino
La gran afición del aristócrata Ye, venía probablemente de su nacimiento. Según el zodiaco chino vino al mundo cuando reinaba el signo más fuerte de los doce animales que conforman el horóscopo chino. No sólo nació en el año de dragón, sino, curiosamente, también con el ascendente de ese animal mitológico. Adoraba ese signo legendario como si fuera algo propio de su esencia existencial. Los techos de su residencia se remataban con dragones tallados. Todos los muebles de la casa estaban decorados con imágenes de ese animal omnipotente.
Su fabulosa colección de figuras de dragón era indudablemente la mejor de todo el imperio. Y como si la profusa presencia del animal en su casa no fuera suficiente, adornó todas sus prendas con bordados o estampaciones de dragón, se casó con una mujer del mismo signo, doce años más joven que él, eligió la servidumbre únicamente entre las doncellas nacidas con el mismo signo de su preferencia. Dragón, dragón, todo dragón.
Cuando el rey dragón, que vivía en el cielo, se enteró de su gran afición, conmovido y agradecido, descendió a la Tierra para visitarlo. Entró en el salón y lo encontró disfrutando de una preciosa pintura titulada «Nueve dragones entre las nubes». Pero cuando sintió la presencia de algo raro en su casa, por el vaho helado y magnético que exhalaba el animal todopoderoso, se puso pálido. Su terror creció desmesuradamente cuando vio de soslayo las escamas de un cuerpo ondulante y escarchado. Se desmayó bañado en sudor frío.
El rey dragón se desilusionó:
-¡Con que sólo te gustaba la representación de mi especie! ¡Cuando ves al dragón de verdad, te mueres de pánico!
Autor: Desconocido
Cuando Dios me habló
Relato breve
Aquella madrugada del 22 de Septiembre del año 2017 me despertó de la nada y de zarpazo una voz, una voz que no era la mía, lo sé porque la mía la llevo escuchando día y noche por más de 30 años.
Esta no, esta era una voz potente, impactante, de esas que casi nunca escucha uno.
Con mis ojos aun cerrados pero despierta escuché con atención lo que me decía:
– Humano, vivís peleando entre vosotros mismos para venceros unos a otros y ganar poder.
Buscáis día a día tener más tiempo para perderlo en las redes sociales en vez de encontrarse a ustedes mismos.
Trabajáis para luego embriagaros de vino y sexo mientras escucháis esa música.
Deseáis conseguir fama sin saber primero qué es el éxito. ¿Acaso os habéis olvidado de por qué verdaderamente tenéis que vivir?
Os habéis olvidado de mí. Os habéis olvidado de amar para vivir.
¿Tengo que enviar desastres naturales para que entendáis que hay que agradecer por vivir?
Ayudaos unos a otros y no peleéis entre vosotros. Para que podáis veros como hermanos y no como extraños. Para que podáis perdonar y volver a hablar con aquel ser amado del que os alejasteis por orgullo.
¡Abrid los ojos!
No me reclaméis por llevarme vidas de niños inocentes si vosotros mismos les quitáis la vida a cientos de niños diariamente.
Ahora, no perdáis la fe en mí, ni la esperanza de seguir viviendo.
Autor: Aracely Araiza
La Princesa Busca Novio
Cuento
Erase una vez una princesa jovén y hermosa que deseaba tener un novio que fuera digno de ella, que la amara verdaderamente y entonces puso una condición, elegiría novio entre todos aquellos que fueran capaces de estar 365 días al lado del muro de la pared del castillo donde ella vivía, sin pararse y sin separarse ni un día de ese muro.
No le sorprendió que se presentaran cientos o centenares o miles de pretendientes a la corona real pero claro al primer frío la mitad se fue, cuando empezaron los calores se fue la mitad de la otra mitad, cuando empezaron a desgastarse sus vestimentas y se termina la comida la mitad de la mitad de la mitad también se fue.
Cuando llegó Diciembre y los fríos nuevamente empezaron a azotar, había quedado solamente un joven, todos los demás se habían ido, cansados aburridos pensando que ningún amor valía la pena, solamente un joven que había adorado la princesa desde siempre estaba allí anclado a esa pared y a ese muro esperando pacientemente que fueran los 365 días.
La princesa que había despreciado a todos cuando vio que este muchacho se quedaba y se quedaba empezó a mirarlo con algunos ojos diciendo “este hombre quizás me quede”.
Lo había espiado en Octubre, había pasado frente a él en Noviembre y en Diciembre disfrazada de campesina le había dejado un poco de agua y un poco de comida, lo había visto a los ojos y se había dado cuenta de su mirada sincera y le había dicho al rey:
– ¡Papá creo que finalmente vas a tener un casamiento, este hombre es el hombre que de verdad me quiere!
El rey se había puesto contento y había empezado a preparar todos los preparativos para la boda.
Le había hecho saber por vía de la guarda al joven que el primero de Enero cuando se cumplían los 365 días lo esperaba en el palacio porque quería hablar con él. Todo estaba listo, el pueblo estaba contento, todo mundo esperaba ansiosamente el primero de Enero. El 31 de Diciembre en la noche después de haber pasado 364 noches allí en el muro el joven se levantó y se fue.
No pudo quedarse a cumplir. ¿Qué había pasado? Había estado todo ese tiempo…
Él fue hasta su casa y después fue a visitar a su madre y la madre le dijo:
– Hijo querías tanto a la princesa, estuviste allí 364 noches y el último
día te fuiste, ¿Qué pasó? ¿No pudiste
aguantar un día más?
Y el hijo le dijo:
– No mamá, sabes me enteré que me había visto, me enteré que me había elegido, me enteré que le había dicho a su padre que se iba a casar conmigo y a pesar de eso no fue capaz de evitarme una sola noche de dolor, pudiendo hacerlo no pudo evitarme una sola noche de sufrimiento.
Alguien que no es capaz de evitarte una noche de sufrimiento, no merece de mi amor, ¿verdad mamá?
Autor: desconocido
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